Eso pensé durante la semana de vacaciones en la que comíamos y comíamos sin parar a todas horas, cosas buenísimas y llenas de maravillosas kalorías. No ha hecho falta empezar ninguna dieta el lunes … el «no parar» ya está haciendo su trabajo de «quema de los restos de las vacaciones»… y no solo de los calóricos.
Me he acordado de la dieta, y en consecuencia de las casi olvidadas vacaciones, por esta ilustración de David Brownings que he descubierto en Paper Forest.
Manzanas de papel, ensaladas de oficina, y muy pocas horas de sueño.