Últimamente he decidido desayunar en la oficina, visto que así llego antes de la hora de entrada y luego gano minutos para la salida. Hoy mientras me tomaba mis tostadicas y mi café con leche miraba al infinito, y me he dado cuenta de que nunca os he hablado de las vistas desde la ventana de esa sala break.
Desde la sala de descanso de mi oficina se ve el barrio de Garbatella, con casitas bien arregladas en tonos, amarillos, ocres, rojizos, arboles en casi todas las aceras que no permiten distinguir el caos de la calle. Pero si sigues hacia la derecha, después de muchos tejados y antenas puedes ver perfectamente la cúpula del vaticano, enorme, omnipresente…
La vista no esta nada mal, por la mañana imaginas como se despierta Garbatella y sus habitantes y por la tarde vemos ponerse el sol en esos tejados y en esa enorme cúpula.
No está mal como concepto no rutinario en medio de la rutina.
Gracias a mi compi Roberta por prestarme la foto que me hizo mientras yo fotografiaba al mismo tiempo uno de estos atardeceres. Por cierto, este es su blog.
Golosinavisual 
Me encantan esas vistas y ahora que se va poniendo el sol antes, son muy muy chulas la verdad.
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