Una forma de viajar que mis padres me enseñaron a apreciar realmente. Hay fotos mías en tiendas de campaña desde antes del primer diente y la cosa continuó durante muchos años con mis padres, y más tarde, aunque menos amenudo, con mis amigos.
Es cierto que hace años que no hago un viaje de camping de los de verdad, de los de dos o tres semanas en medio de la montana o la playa, pero hay cosas que recuerdo con nostalgia y que no me importaría repetir…
Las noches de camping de charreta fuera de la tienda con la espiral para los mosquitos debajo de la mesa.
Los ríos congelados de los Pirineos a los que intentábamos lanzarnos sin pensarlo.
Los platos de plastico duro de colores.
Dormir dentro del saco.
Ir a la tiendecita del camping o a la más cercana en bici.
La leche con Cola Cao en la taza roja y blanca de metal.
Los colgantes de chinitos de las cremalleras de la tienda.
Las excursiones con los palos de montañeros.
Se puede ir de camping con poca cosa, o preparados para todo. Si eres de los segundos y además, como a mí, te encantan las frikaditas de todo tipo, estas cosas podrán resultarte muy útiles… o al menos, muy chulas!
Para el viaje en coche: Vehicle Field Notes.
Para iluminar las sobremesas de cada cena en el camping, una buena linterna.
Golosinavisual 