Cruzaba mi barrio, el de las letras, un jueves cualquiera en busca de la oficina que controla los permisos de tráfico limitado de la zona. Y ante mis sorprendidísimos ojos el barrio empezó a convertise en un museo callejero de arte y decoración, millones de colores inundaban las fachadas, girando una esquina descubrí mercadillos llenos de …